Nuestra vida está llena de hábitos. Desde lavarnos los dientes hasta ir al gimnasio o a trabajar… detrás de cada acción que realizamos en el día a día yace un hábito que hemos creado para lograrlo. Y, sin embargo, pese a ser parte de la cotidianeidad, por qué a veces cuesta tanto desarrollar o cambiar un hábito. Esa es la pregunta del millón y hay tantas respuestas e interpretaciones como cantidad de hábitos que podemos implementar para mejorar nuestra vida diaria.
Hábitos hay muchos, lo que varía es su nivel de complejidad o simplicidad. Mientras que algunos, parecen surgir sin esfuerzo (bañarnos todos los días), otros son más difíciles de conseguir (leer 30 minutos diarios, por ejemplo). Ya sea que quieras ser más productivo, mejorar tu salud o simplemente ser una mejor versión de ti mismo, la formación de hábitos es clave. Los hábitos son comportamientos que repetimos regularmente y que, con el tiempo, se vuelven automáticos.
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Entender la ciencia detrás de la formación de hábitos puede ayudarte a construir y mantener buenos hábitos que mejoren tu vida. En este artículo, exploraremos cómo se forman los hábitos, las estrategias para construir buenos hábitos y cómo mantenerlos a lo largo del tiempo para convertirlos en aliados en el camino hacia el éxito.
La fórmula del éxito: Comprender la formación de hábitos
Entender cómo se forman los hábitos es el primer paso para dominarlos. Según el autor James Clear en su bestseller “Hábitos Atómicos”, un hábito es simplemente una conducta que se repite regularmente y tiende a ocurrir de manera automática. Clear descompone la formación de hábitos en cuatro pasos: señal, anhelo, respuesta y recompensa. Estos componentes forman lo que él llama el “bucle del hábito”.
Piensa en un hábito que tienes actualmente. ¿Qué lo desencadena? Esa es la señal. Luego, está el anhelo, que es el deseo de cumplir con el hábito. La respuesta es la acción que realizas, y finalmente, la recompensa es la gratificación que obtienes después. Entender este bucle es fundamental para poder crear hábitos que realmente funcionen.

Empezar pequeño: La clave de los microhábitos
Uno de los errores más comunes cuando intentamos construir un nuevo hábito es querer hacer mucho, demasiado rápido. La clave está en empezar pequeño. BJ Fogg, autor de “Tiny Habits”, defiende la idea de que los pequeños cambios pueden llevar a grandes resultados. Según Fogg, un microhábito es una acción tan pequeña que es imposible fallar al intentar implementarla.
Por ejemplo, si quieres comenzar a hacer ejercicio, no empieces prometiéndote una hora diaria en el gimnasio. En su lugar, comienza con algo tan sencillo como hacer 5 minutos de estiramientos al levantarte. A medida que ese microhábito se afiance, podrás ir añadiendo más tiempo y complejidad.
Mantener la motivación: ¿Cómo no rendirse?
La motivación es como una montaña rusa: a veces está por las nubes y otras veces está por los suelos. Para mantener la motivación, es importante tener una razón poderosa detrás de cada hábito que intentas formar.
Simon Sinek, en su famoso libro “Start with Why”, nos enseña que cuando tienes claro el «por qué» de lo que haces, es más fácil mantenerte en el camino, incluso cuando la motivación decae. Porque recuerda que cuando la motivación decae, la disciplina y tu “por qué” se imponen.
Otra estrategia es utilizar el poder de la identidad. En lugar de decir “quiero ser más productivo”, di “soy una persona productiva”. Cuando asocias un hábito con tu identidad, es más probable que lo mantengas a largo plazo.

La ciencia de la repetición: ¿Cuánto tiempo toma formar un hábito?
¿Has oído que toma 21 días formar un hábito? Bueno, la verdad es un poco más complicada. Según un estudio publicado en el European Journal of Social Psychology, puede tomar entre 18 y 254 días formar un hábito, con un promedio de 66 días, dependiendo de la persona y la complejidad del hábito en cuestión.
El truco está en la consistencia. No importa si tomas un par de días libres, lo que importa es que vuelvas al camino. Cada vez que repites un hábito, estás reforzando esa conexión en tu cerebro. Así que no te desanimes si no ves resultados inmediatos. Recuerda, ¡es una maratón, no un sprint!
Superando obstáculos: ¿Qué hacer cuando fallas?
Todos fallamos en nuestros hábitos de vez en cuando, y eso está bien. Lo importante es no dejar que un desliz se convierta en un patrón. Charles Duhigg, autor de “El Poder de los Hábitos”, sugiere que cuando fallamos, debemos analizar qué salió mal y ajustar nuestro plan.
Si te saltas un día de ejercicio, en lugar de castigarte, pregúntate qué podrías hacer para evitarlo en el futuro. Tal vez necesites ajustar la hora en la que haces ejercicio o encontrar una actividad que disfrutes más. Recuerda, cada fallo es una oportunidad para aprender y mejorar.
Estrategias para construir y mantener buenos hábitos
Construir buenos hábitos requiere intención y planificación. Aquí te presentamos algunas estrategias basadas en la ciencia para ayudarte a establecer hábitos positivos:
a. Asocia nuevos hábitos con hábitos existentes
Una técnica efectiva es “apilar hábitos”, que consiste en asociar un nuevo hábito con uno ya establecido. Por ejemplo, si ya tienes el hábito de cepillarte los dientes por la mañana, puedes añadir hacer 5 minutos de meditación justo después.
b. Utiliza recordatorios y señales
Coloca recordatorios visuales en lugares estratégicos para ayudarte a recordar tu nuevo hábito. Por ejemplo, si quieres beber más agua, coloca una botella de agua en tu escritorio.
c. Establece recompensas inmediatas
Las recompensas inmediatas pueden motivarte a seguir con tu nuevo hábito. Estas recompensas no tienen que ser grandes; pueden ser tan simples como disfrutar de una taza de té después de completar tu rutina de ejercicio.
d. Mantén un registro de progreso
Llevar un registro de tu progreso es muy motivador. Utiliza una aplicación o un diario para anotar cada vez que completes tu hábito. Ver tu progreso te dará un sentido de logro y te motivará a seguir adelante.
e. Anticipa y supera los obstáculos
Identifica los posibles obstáculos que podrían interferir con tu nuevo hábito y planifica cómo superarlos. Por ejemplo, si sabes que los fines de semana son más difíciles para mantener tu rutina de ejercicio, planifica actividades alternativas que te mantengan activo.
f. Busca apoyo social
Compartir tus metas con amigos o familiares puede proporcionarte el apoyo y la responsabilidad que necesitas para mantener tus hábitos. Considera unirte a un grupo o comunidad que comparta tus intereses y objetivos.
g. Revisa y ajusta tus hábitos regularmente
Es importante revisar tus hábitos periódicamente y hacer ajustes según sea necesario. Si encuentras que un hábito no está funcionando, no tengas miedo de modificarlo o probar una nueva estrategia.

Conclusión: Conviértete en el arquitecto de tus hábitos
La formación de hábitos no es magia, es ciencia. Y como toda ciencia, requiere experimentación y ajuste. Pero con las herramientas adecuadas, puedes construir y mantener hábitos que te ayuden a alcanzar tus metas personales y profesionales. Recuerda que la clave está en la consistencia, la paciencia y la adaptabilidad. Así que, ¿qué hábito empezarás a construir hoy?